EL GRAN LIBRO DEL KYBALIÓN: Quiero dejar la idea que somos RESPONSABLES de lo que nos sucede. Atención: estamos diciendo que somos responsables y no culpables de lo que nos sucede que son dos cosas distintas. Quien se apresura no llega lejos. Quien se aferra a su trabajo no creará nada duradero. Quien ejerce poder sobre otros no tiene poder sobre sí. Si quieres vivir armonizado, haz tu sueño o tarea y suéltalo luego. La finalidad de la vida es transformar todo aquello que te causa sufrimiento, por paz interior y felicidad. Cuando ya tengas tu conciencia afinada para aceptar su cambio, su despertar; vivirás en coherencia con el “aquí y ahora”.
Vivirás el presente con serenidad y calma; hallarás paz y armonía en las mismas situaciones donde antes sembrabas ira y deseos de venganza. Con la ley de causa y efecto nadie sale vencedor y nadie sale vencido; al final, nadie sale beneficiado. Me viene a la mente el gran filosofó Sócrates que les decía a sus alumnos; el conocimiento, el saber, es como un rio de agua que siempre está circulando, nunca baja la misma agua, nunca tenemos el mismo conocimiento, hay que analizar y reflexionar cada cuestión y aún así, les decía: “Sólo sé que no sé nada”.
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LAS CLAVES DEL CAMBIO ESPIRITUAL: Ya vivimos en un tiempo de cambio, de nueva consciencia, de nueva era. Hablamos de la masa crítica necesaria para que el cambio se produzca. Estudiamos a los grandes maestros orientales y occidentales con el afán de encontrar las guías de una nueva forma de ver y pensar, de nuevos paradigmas que nos ayuden a transformar este mundo en un mundo de amor. La vieja consciencia, vive por un lado el materialismo, las cuitas del día a día, las soluciones prácticas a los retos de la vida etc. y por el otro la espiritualidad, habitualmente a través de religiones que con que cumplas sus ritos y no discutas sus dogmas, ya eres espiritual, aunque sólo sea una vez al año. Por un lado, la ciencia y por el otro la religión en actitudes habitualmente irreconciliables. La ciencia con su radical método científico (o se puede reproducir en un laboratorio o "no existe").
Y la religión basada en una fe ciega a lo que las jerarquías religiosas dictaminan, con lo cual tenemos dioses vengativos a los que hay que temer, infiernos eternos y cosas por el estilo. Ni la ciencia puede explicarlo todo a día de hoy, ni las religiones con sus instituciones jerárquicas, sus dogmas y sus ritos contribuyen al acercamiento del hombre a su Creador. La antigua tradición se refiere al Creador como el "Todo" que se reconoce a sí mismo a través y desde su obra, siendo a la vez el Creador (Padre-Madre), lo creado (Hijo) y el propósito de reconocerse o razón de ser (Espíritu), de donde sale aquello de tres personas distintas y un sólo Dios verdadero (aunque interpretado de otro modo).
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